El Oratorio de Sant Jordi fue construido en el siglo XVI, en  las afueras de la villa. Su ubicación no fue casual; pidieron permiso a las autoridades eclesiásticas para construir el templo en el punto donde se encontraban los hombres de armas (la milicia local) para dirigirse a la ribera de Pollença cuando divisaban la llegada de barcos piratas. En aquella época, eran un peligro constante en las aguas del Mediterráneo. 

Por ello, las diversas poblaciones de la isla disponían de un sistema de aviso y socorro ante ataques enemigos, en virtud del cual, si una localidad temía un ataque corsario o era efectivamente atacada, los hombres de armas debían trasladarse rápidamente a hacerle frente a la vez que enviaban a uno o varios hombres a dar aviso a las localidades cercanas para que les enviaran refuerzos. Por eso, las poblaciones de la época contaban con un cierto entrenamiento en el uso de las armas y, de hecho, este templo se dedicó al patrón de los caballeros y la milicia de Sant Jordi.

Ya en el siglo XVII, este oratorio acogió durante varios años a los jesuitas (1), que permanecerían en él hasta su instalación en el Colegio de San Ignacio —más conocido actualmente como Monti-Sion, que también se puede visitar en Pollença— que ellos mismos construyeron y al que se trasladaron en 1703, aunque dicho edificio no se dio por terminado hasta 1738.

El retablo de estilo barroco (2) que se puede ver en el altar mayor fue realizado en 1653 y está presidido por una figura de la Virgen, conocida como del Mar, en recuerdo de que la imagen fue encontrada casualmente en Cala d'Ariant en el siglo XVII.
 
El aspecto que presenta hoy en día este Oratorio es el resultado de las intervenciones que se hicieron en el siglo XVIII, cuando se le aportó la planta basilical y la bóveda de crucería que hoy podéis ver, así como la capilla lateral dedicada en Sant Marçal, que data concretamente de 1770. Ya en 1829 se iniciaron las obras del edificio anexo a este templo, que primero fue un hospicio para, después, convertirse en residencia de los Hermanos de la Caridad en 1849.
 
(1) Jesuitas: La Compañía de Jesús, cuyos miembros son conocidos popularmente como jesuitas, es actualmente la mayor orden religiosa masculina católica, con presencia en 127 países. Sus miembros, entre los que se incluyen personas que no son presbíteros ni monjes, profesan votos de obediencia, pobreza y castidad, así como de obediencia al Papa, y reciben una intensa formación intelectual desde su entrada en el orden. Como característica de su apostolado, los jesuitas deben estar siempre dispuestos a servir a Cristo y a la Iglesia donde el servicio sea más necesario y urgente. Entre los jesuitas famosos, además de su fundador, San Ignacio de Loyola, figuran San Francisco Javier o San Francisco de Borja, así como el Papa Francisco I.
 
(2) Estilo barroco: Término con el que se identifica un movimiento cultural y estilo artístico desarrollado aproximadamente entre el siglo XVII y mediados del XVIII que se caracterizó por ornamentación excesiva. De hecho, el concepto de Barroco fue acuñado por sus críticos que utilizaban el vocablo francés “barroco” para referirse a él en el sentido de extravagante, en referencia a lo que consideraban excesivo por parte de ciertos artistas. Como estilo sucedió al Renacentismo y precedió al Neoclasicismo, y empezó a popularizarse en Italia para después extenderse al resto de Europa.